"Aqui se gana, pero hay que trabajar duro"

Image
  • Augusto Pascual Martínez (en medio), posa con sus dos hijos que nacieron y crecieron en el Condado de Habersham. Jaime Pascual Martínez (izquierda) y Kandy Jessica Martínez (derecha). En Guatemala, Martínez tiene a sus dos otros hijos mayores, a quienes espera traer a los Estados Unidos muy pronto.
    Augusto Pascual Martínez (en medio), posa con sus dos hijos que nacieron y crecieron en el Condado de Habersham. Jaime Pascual Martínez (izquierda) y Kandy Jessica Martínez (derecha). En Guatemala, Martínez tiene a sus dos otros hijos mayores, a quienes espera traer a los Estados Unidos muy pronto.
Body

25 años viviendo en los Estados Unidos, Augusto Pascual Martínez hace de Habersham County su hogar.

En Huehuetenango, Guatemala, Martínez no lograba darle a su familia la vida que el quería. “aya en el pueblo no hay dinero. No podía juntar para una casa o para ropa,” cuenta Martínez. “Apenas podía alcanzar para comer y nada mas.”

Decidido a arriesgarlo todo, Martínez empeño lo mas valioso que tenia, la propiedad que su padre le había dejado como herencia. Sabia que para no perder esa tierra que su padre había logrado obtener con tanto trabajo, el tendria que darlo todo en el país de las oportunidades.

En 1995 Martínez decidió tomar rumbo al Norte. Con el dinero recibido por el terreno, pago su viaje de Guatemala hasta la ciudad de San Ysidro en San Diego, California. “Nos detuvieron varias veces en México, y hasta nos robaron. Afortunadamente yo me metí parte de mi dinero entre los zapatos y cuando nos asaltaron y quitaron todo, yo tenia ese poquito escondido,” cuenta Martínez. “Dormíamos en la calle y tardamos dos semanas en llegar a la frontera.”

Al cruzar, decidió quedarse en San Diego por cinco años para trabajar y juntar el dinero necesario para pagar los costos de tramite de documentos que le permitirían obtener un permiso de trabajo. Finalmente, en el 2001 logro recaudar casi $10,000 para ir por su esposa.

Después de un viaje de dos semanas, Martínez y su esposa Candelaria Miguel Francisco, quien estaba embarazada de su tercer hijo, cruzaron la frontera juntos en Texas. “El viaje fue difícil para mi esposa. Me decía a veces que no creía que iba a poder seguir,” recuerda Martínez. 

Después de cruzar, viajaron a Alabama con la esperanza de situarse en Fort Payne, pero la falta de trabajo los empujo a tomar rumbo hacia Georgia ese mismo año. “Estábamos tomando prestado para comer. Ya debía dinero y ni siquiera tenia trabajo,” cuenta Martínez. “Les llame a unos familiares en Cornelia y nos dieron un lugar para quedaros, y ese mismo año llegamos a Habersham County.”

Poco después de su llegada, Martínez encontró trabajo en la fabrica avícola Fieldale Farms, donde hasta hoy sigue trabajando después de 19 años. “Me gusta trabajar. A eso vine y me gusta.”

Por su desempeño en el trabajo, Martínez recibió un asenso como supervisor, lo cual le ha dado la oportunidad de trabajar con jóvenes que van llegando a este país buscando una mejor vida. “Muchos se pierden cuando llegan. Se gastan el dinero en tomar y se olvidan a que vinieron. Siempre les digo que agradezcan que ya están aqui y que tienen trabajo. Que aprovechen la oportunidad de juntar dinero y que lo usen para asegurar su futuro,” dijo Martínez. “Les aconsejo que inviertan su dinero en una casa en su pueblo, o que empiecen un negocio. Asi, si algo llega a pasar y se tienen que regresar a su país, ese tiempo que vivieron aquí trabajando no va a ser de en balde. Van a tener algo para sobrevivir. Hay que saber usar el dinero y no dejar que sea la perdición.”

Una parte importante de su vida en Habersham también ha sido la Iglesia Príncipe de Paz. “Cuando llegue, éramos solamente unas tres o cuatro familias,” cuenta Martínez. “Ahora somos mas de 25 familias con mas de 80 miembros de todas las edades.” Martínez ahora no es solo un miembro, pero también un anciano de la iglesia que ayuda a encontrar la manera para proveer las necesidades de la congregación. “Si algo se necesita, buscamos la manera de recolectar y juntar la ayuda necesaria. Hemos crecido demasiado. Hemos ido arreglando la iglesia conforme vamos creciendo, y ahora estamos a punto de comprar el terreno.”

A pesar de que muchas de sus metas se han logrado, incluyendo la residencia americana, Martínez aun tiene otras que están pendientes. Su esposa y el son residentes legales, pero ahora sus esfuerzos se enfocan en traer a sus dos hijos que se quedaron en Guatemala. “Estamos juntando el dinero. Hay varias cosas que se tienen que pagar y nos va a costar hasta $15,000, pero lo vamos a lograr. Quiero que ellos también tengan la oportunidad de venir y sacar adelante a sus familias,” dijo Martínez. “Así como yo estoy hacienda esto por mi familia, ellos tendrán que hacer lo mismo por la suya. Todo para darles una mejor oportunidad de vida.”

Martínez y su familia ahora consideran el Condado de Habersham su hogar. “Esta es nuestro hogar. Estoy muy agradecido con Habersham,” dijo Martínez. “Se que donde estoy todo va a estar bien. Estoy muy bendecido por Dios. Tengo mi casa, tengo mi familia, tengo comida y hasta tengo mis carros. ¿Que mas quiero?”